El monasterio de Studenica es uno de los más turísticos de Serbia y también uno de los más importantes dentro de la fe ortodoxa eslava.

Tras la visita del mismo, y después de habernos despedido de Ladislao, continuamos hacia el norte en nuestra procesión particular. Nos dirigimos hacia Kraljevo, do

En la carretera de Studenica a Kraljevo se respira un aire mortuorio. Tiene una especial concentración de placas-obituario que recuerdan a la gente fallecida en ella en un mal accidente de coche. Como colofón final, nos topamos con un entierro. La comitiva funeraria la encabeza un niño que porta una cruz, tras la cual van todos los familiares y alegados andando, por la carretera. El ataud lo porta un tractor.
Una vez visitado el monasterio de Zica, decididmos que aún tenemos tiempo suficiente para llegar hasta Kragujevac.

Durante nuestra visita, la fábrica seguía bajo mínimos, pero justo unos días después, ya en Macedonia, nos enteramos de que Fiat acababa de firmar un acuerdo

El caso es que yo, para mi sorpresa, acabo topandome con una ciudad que me gusta. Me resulta agradable. Comemos, muy barato y bien, en un restaurante que me recuerda un tanto a los comedores sociales polacos, y en el que la camarera es incluso capaz de reconocer con una sonrisa nuestro torpe dibujo de un calamar (nuestro serbocroata no ha mejorado tanto en estos días como para haber aprendido a decir "calamar"). Siguiendo con nuestras interactuaciones con los aborígenes, una abuelilla trata de invitarnos por todos los medios a que entremos en el monasterio local en el que se está celebrando una misa. La comunicación es casi inviable y al final nos deja por imposibles, con cierta cara de lástima. Igual es como Avon, y si llevan fieles, les absuelven doble.

Ya de camino a Kraljevo, regresamos por la carretera de Knic, que pasa sobre un gran lago al estilo de los diques holandeses (aunque con menos pretensiones). Nuestra última referencia antes de aparcar en Kraljevo para aparcar el coche será Adrani, uno de los asentamientos para refugiados serbokosovares en el que hoy por hoy, 10 años después del fin de la guerra, siguen viviendo, en esa especie de limbo social, jurídico y mental consistente en no saber dónde caerse muerto.
[Hoy está siendo domingo, 28 de septiembre de 2008]
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